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¿Pagarán nuestros vecinos?

LO Bueno: La semana pasada, la OMC reconoció que el gobierno de los Estados Unidos (EE.UU.) afectó a los productores mexicanos de atún, con las reglas de etiquetado “dolphin safe” que impuso en 2008, las cuales impidieron el comercio del atún mexicano de manera efectiva en el mercado estadounidense, y determinó que dicha afectación equivale a un monto de $163 millones de dólares estadounidenses anuales (aproximadamente 3,200 millones de pesos), que supuestamente deberán pagar.

Lo malo. Que según los “agroyuppies escépticos, nuestros vecinos van a hacer todo lo posible para no pagar esa cantidad. En el mejor de los casos van a renegociar una rebajita. LO feo, es que una controversia de este tipo se haya llevado una década para resolverse.

La historia: En 2008, el gobierno mexicano presentó a la Organización Mundial de Comercio (OMC) un procedimiento de solución de diferencias en contra de las reglas de etiquetado de atún “dolphin safe”, pese a que el método de pesca utilizado por la flota mexicana cumple desde ese entonces con los más altos estándares internacionales, para la protección de los delfines y sustentabilidad.

Durante más de nueve años, los productores mexicanos de atún, presentaron a través de la secretaría de Economía, documentos, argumentos, pruebas y todo lo que en controversias comerciales se exige para demostrar que estaban cumpliendo con las reglas establecidas para la pesca de atún. Pero como es costumbre en estos casos, nuestros vecinos y principales socios comerciales le dieron tantas largas al asunto, con marrullerías de todo tipo, que hasta los especialistas llegaron a pensar que el asunto estaba olvidado. Pero afortunadamente para los pescadores mexicanos, no fue así.

La información oficial de este asunto, señala que la decisión de la OMC autoriza a México para ejercer sus derechos e imponer medidas de represalia a las importaciones procedentes de EE.UU., hasta en tanto se demuestre que las medidas de ese país han sido establecidas de conformidad con sus obligaciones internacionales.

Las preguntas obligadas son: ¿México ejercerá represalias?   NO, opinan los especialistas. Lo más probable es una negociación en donde se establezca la siguiente cláusula: Ya lo pasado, pasado. ¿México exigirá que les paguen a los afectados los 3 mil 200 millones que es la cantidad acumulada de los 9 años en que los Estados Unidos impusieron la regla de etiquetado comentada. ¡Tampoco! Exclaman los especialistas en la materia. Aunque si recuperan la mitad o la cuarta parte de ese monto, se darían por bien servidos.

¿Y qué sigue? Bueno, de acuerdo a la información oficial, México solicitará inmediatamente al Órgano de Solución de Diferencias de la OMC la autorización para suspender beneficios y, de manera paralela, iniciará los procedimientos internos necesarios para hacer efectiva dicha suspensión en contra de importaciones de productos procedentes de EE.UU.

¡Pues hasta no ver… diría un ciego!

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