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De la Web a la Góndola: Amazon

Amazon lleva una década tratando de entrar en el negocio de la venta de alimentos frescos. La cadena de supermercados estadounidense, conocida entre los consumidores por la calidad de su oferta, le permite de golpe colocarse como la quinta mayor compañía del segmento y se hace con toda su infraestructura para la distribución de alimentos frescos en las grandes ciudades. Además, Whole Foods opera tiendas en Canadá y Reino Unido.

Warren Buffett admitió recientemente que su gran error fue no haber invertido en Amazon. El oráculo de Omaha considera a Jeff Bezos el mejor empresario de la historia moderna, porque nadie es capaz de dominar varios negocios a la vez con tanta autoridad. Reed Hastings, fundador de Netflix, va más allá y reconoce que le asusta su genialidad, porque hace cosas que nadie se plantea.

Amazon es conocida por su opacidad. Ni siquiera precisa el dato de abonados a su servicio Prime, que permite el envío gratuito a domicilio y el acceso ilimitado a su plataforma de distribución de contenido audiovisual. Amazon Web Services, que opera desde 2006, es la mayor infraestructura de gestión de datos del mundo, que sirve de base para portales tan populares como Netflix o Target.

La compañía está haciendo en paralelo pruebas con supermercados sin cajero. También cuenta con su propio servicio de distribución de alimentos, Amazon Fresh. Además de las tiendas, Whole Foods cuenta con 11 centros de distribución.

Amazon, por su parte, dispone de 70 centros que procesan los pedidos. Este entramado de propiedades inmobiliarias le permitirá llegar más rápido y con un costo menor a sus clientes. Pero además los locales en pleno centro de las ciudades pueden convertirse en un puntos para retirar las compras por Internet.

Nuevos desafíos

La implantación del servicio AmazonFresh está yendo más lenta de lo esperado, como indican desde Credit Suisse. Para acelerar el paso incorporaron en marzo la opción click-and-collect. El consumidor puede tener lista la canasta de la compra en 15 minutos y pasar a recogerla a la hora que le convenga.

Como indican los analistas de Bernstein, es necesario tener puntos físicos de distribución bien localizados para poder realizar el envío de alimentos de una manera eficiente. Whole Foods le da por tanto la escala para que el servicio AmazonFresh Pickup crezca muy rápido. La maniobra va a mejorar en paralelo la selección de productos disponibles, reforzar su marca blanca y le da poder para negociar precios.

Bezos es, además, conocido por su capacidad de anticipar lo que quiere el consumidor. La ingente base de datos que maneja Amazon le permite anticipar tendencias y redefinir así todo un negocio, como hizo primero con los libros. Whole Foods tiene también esa ventaja de conocer muy bien lo que quiere su cliente. Eso les permite arrastrar a su adeptos y captar nuevos afiliados.

Esta combinación asusta los supermercados tradicionales como Kroger, Saveway, Supervalu o Costco. Es un negocio muy fragmentado. Las 10 marcas más potentes controlan el 45% del mercado. La agresividad de precios de Amazon puede provocar que se inicie un proceso de consolidación a expensas de las pequeñas cadenas regionales e independientes con menos capacidad financiera.

El acuerdo con Amazon, de hecho, tiene sentido también para Whole Foods, que durante los últimos dos años estaba viendo como los competidores trataban de pegar bocado al mercado de los productos orgánicos y saludables buscando mayores retornos. Es, como dicen los analistas, una plataforma enorme para experimente cómo piensa dominar el comercio minorista más allá de las librerías físicas.

La gran pregunta es si influirá en el negocio del supermercados como hizo en otros segmentos del retail. El movimiento, de hecho, reverberó en las cadenas de farmacias, porque puede utilizar Whole Foods para vender mucho más que tomates orgánicos.

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