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Cúrcuma, una medicina poderosa

Hace algunos años la cúrcuma era una especia desconocida y sólo se sabía que formaba parte del popular curry, pero también por ser muy utilizada en la gastronomía hindú por sus cualidades como colorante alimentario. Sin embargo, a últimas fechas ha cobrado gran interés porque se le han reconocido grandes propiedades medicinales.

Diversos estudios científicos han demostrado que la cúrcuma tiene más de 150 beneficios potencialmente terapéuticos, entre los cuales destaca sus actividades antiinflamatorias y antimicrobianas; tiene propiedades para tratar enfermedades degenerativas como el Alzheimer y cualidades anticancerígenas, estas últimas han sido estudiadas profundamente por lo que es una de las que tiene mayor número de investigaciones.

Se ha comprobado que contiene hasta diez agentes anticancerígenos en su composición, como son la curcumina, curdiona, limoneno, curcumeno y los betacarotenos, por lo que es una excelente opción para tratar cáncer de piel, de mama, duodeno y colón; incluso se dice que podría ser universalmente útil para todos los tipos de cáncer.

Esto lo aseguro uno de los principales doctores en medicina natural contra el cáncer, el Dr. William LaValley de Austin Texas, dijo que esto es extraño si se considera que el cáncer se desarrolla por diversas patologías moleculares, la razón es que la cúrcuma tiene la habilidad de alcanzar múltiples propósitos moleculares a través de varias vías, pues una vez que entra al organismo afecta a más de 100 vías moleculares diferentes.

Además, no es tóxica y no daña a las células saludables porque se enfoca selectivamente en las células cancerígenas, todo esto muestra claros beneficios en el tratamiento contra el cáncer; incluso se han mostrado que trabaja en sinergia con algunos medicamentos de quimioterapia, aumentando la eliminación de las células cancerígenas.

Es importante saber que si se consume para tratamiento clínico no es suficiente comerla en los alimentos, ya que la raíz misma de la cúrcuma contiene sólo 3 por ciento de curcumina concentrada y además el cuerpo no la absorbe adecuadamente, si se consume de forma cruda sólo se absorbe alrededor del 1%.

Si se desea utilizar de manera terapéutica se debe probar una de las siguientes tres alternativas:

1.- Buscar un extracto de cúrcuma de alta calidad que contenga ingredientes orgánicos certificados al 100 por ciento, con al menos 95 por ciento de curcuminoides. La fórmula no debe tener rellenos, aditivos, ni excipientes y debe ser manufacturada utilizando prácticas de producción seguras en todas las etapas; ya que las dosis típicas anticancerígenas son hasta tres gramos de un buen extracto de cúrcuma de tres a cuatro veces por día.

2.- Hacer una microemulsión utilizando polvo de curcumina sin procesar, para eso se debe combinar una cucharada del polvo con 1 o 2 yemas de huevo y una cucharadita o dos de aceite de coco derretido. Utilizar una licuadora de mano de alta velocidad para emulsificar la mezcla.

3.- Hervir el polvo puede ayudar a incrementar la absorción; poner una cucharada de curcumina en polvo en un cuarto de agua hirviendo. Debe estar hirviendo cuando se añada el polvo, ya que no funcionará de igual manera si primero se pone en agua a temperatura ambiente y luego se calienta el agua junto con la curcumina, dejar hervir durante 10 minutos y beber después de enfriar, se recomienda no dejar pasar más de 4 horas porque disminuyen sus propiedades.

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