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Las mujeres generando bienes: Avicultura familiar

La avicultura en el patio de la casa, representa hasta un 70 por ciento de la producción de huevos y carne de aves para autoconsumo, y no es de sorprender que la actividad la realizan prácticamente las mujeres.

En las zonas rurales de todo el mundo, el día comienza con el canto estridente de los gallos, mientras las gallinas perezosamente agitan sus alas en lujosos baños de polvo, esta es una bucólica imagen de la avicultura familiar, es decir, de la cría doméstica tradicional de gallinas, pavos, patos, gansos, pichones, faisanes y codornices, actividad básica para la seguridad alimentaria en gran parte del mundo.

La producción avícola rural contribuye a mejorar la seguridad alimentaria en muchos países en desarrollo, genera ingresos a los agricultores, en particular a las mujeres. Esta actividad aprovecha los recursos locales, requiere pocos insumos y de manera importante contribuye al mejoramiento de las condiciones de vida de los hogares campesinos.

Por lo anterior, no es sorprendente que la creación de sistemas de avicultura familiar sea una parte fundamental del Proyecto Estratégico para la Seguridad Alimentaria (PESA), ya que posee conocimientos con mucha antigüedad, los cuales pueden dar aportes importantes a la avicultura moderna, principalmente en el campo de la genética; así como ser un modelo para el desarrollo de modernas técnicas de producción avícola orgánica.

A pesar de que la avicultura de traspatio no genera grandes ganancias, el módulo gallinero es económicamente sostenible y cuenta con otros atributos que generan diversos beneficios, que se pueden conseguir al tomar la decisión de adoptar este sistema, tales como: incremento en la productividad y los ingresos, bajos costos de producción, generación de empleos y el desarrollo de capacidades.

La avicultura de traspatio dota a la mujer de un conjunto de conocimientos y experiencias otorgándole una habilidad que es integrada a su vida cotidiana y le permite interaccionar con el medio social, ambiental y político en el que se desarrolla.

Por ello, la SAGARPA apoya como una estrategia importante el desarrollo y fortalecimiento de las granjas de traspatio, a través del Programa de Apoyo a Pequeños Productores y El campo en nuestras manos, dotando a las mujeres de paquetes productivos para el autoconsumo, proyectos de producción primaria y agregación de valor, así como asistencia técnica, procurando siempre un enfoque agroecológico y con perspectiva de género.

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