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Un vino del Priorat triunfa en la noche de los Nobel

La demanda del Formiga de Vellut, de la bodega Clos Galena, se ha disparado tras la velada de Estocolmo

“Tu vino va a estar en un evento muy importante”, le avanzó su importador de Suecia. La propietaria y gerente de Clos Galena, Merche Dalmau, no se planteó en aquel momento qué tipo de acto podía ser. Los organizadores habían pedido extrema confidencialidad hasta unos días antes de la gala. Y resultó que 800 botellas de su Formiga de Vellut 2014 (DOQ Priorat) iban a acompañar una de las cenas más codiciadas e importantes del año: la de los Premios Nobel.

“Es un honor y un orgullo para Clos Galena, el Priorat y el territorio haber estado presente en la mesa más intelectual del planeta”, afirma Dalmau. La fotografía de la reina Silvia en la deslumbrante Sala del Oro del Ayuntamiento de Estocolmo degustando, hace apenas una semana, una copa de Formiga de Vellut ha dado la vuelta la mundo. “El plato principal estaba bien, el vino increíblemente bueno”, destacaba el Svenska Dagbladet, uno de los periódicos más leídos de Suecia.

La bodega también ha sido pionera en la fusión de enología y arte

Llegar a la mesa de los Nobel no es fácil. Meses antes, con el menú diseñado por el chef Tom Sjöstedt, los organizadores del ágape realizan una extensa cata de vinos procedentes de todo el mundo. El Formiga de Vellut (60% garnacha negra y 20% cariñena y syrah) un vivo y potente vino ecológico con aromas de fruta roja y negra y notas balsámicas, sedujo al sumiller.

“Es el primer vino catalán que se sirve en esta velada –destaca Dalmau– gusta mucho, es puro Priorat, muy lleno y potente y con final carnoso y aterciopelado y taninos maduros y frescos, es un orgullo que en un mercado maduro como el sueco, que presta una atención especial a los vinos ecológicos y respetuosos con el medio hayan escogido el Formiga de Vellut”. No en vano, durante los últimos años, este vino ha recibido numerosas buenas críticas, puntuaciones y premios del sector y en las guías especializadas. Las añadas 2012 y 2013, por ejemplo, recibieron la medalla de oro en el Mundus Vini BioFach, el concurso internacional de vinos orgánicos.

Una vez conocida la carta de vinos –junto a este Priorat se sirvió el blanco Viña Errázuriz Late Harvest Sauvignon Blanc 2016, del Valle de Casablanca (Chile) y el champagne Taittinger Brut Réserve– la demanda del Formiga de Vellut se ha disparado. “Los importadores de Suecia están desbordados, ya tenemos más demanda que botellas”, explica Dalmau. De la bodega salen al año 115.000 botellas y el 70% se exportan a 30 países de todo el mundo.

Clos Galena inició su andadura en 1998 en el Molar y empezó a comercializar su vino en el 2002. Miguel Pérez construyó una bodega sostenible y ecológica cuando la DOQ empezaba a posicionarse en el mapa vinícola del mundo. Al fallecer, en abril del 2013, su esposa Merche Dalmau, farmacéutica de profesión, se quedó al frente continuando la labor de Pérez.

La bodega también ha sido pionera en la fusión de enología y arte. En 1999 y en colaboración con la Galeria Anquin’s de Reus, presentó la primera colección de etiquetas y cajas pintadas por artistas. Desde entonces, como Josep y Ramón Moscardó, Alicia Grau, Albert Alís, Coia Ibáñez, Mónica Castanys o Frank Jensen. “Para mi el vino es un hilo conductor, históricamente también hemos colaborado con numerosos proyectos culturales, festivales o círculos de debate; el vino es un punto de unión”, explica Dalmau. Las botellas con sus particulares obras de arte han viajado por todo el mundo, desde Singapur, a Nueva York, donde la colección “Arte, vino y territorio” se presentó el año pasado en el Museum of the City; o en Moscú hace unas semanas.

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