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Árboles en desiertos gracias a invento mexicano

En zonas áridas de Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Chile y México fue posible plantar árboles gracias a un polímero que retiene agua y nutrientes para plantas durante varios meses, el cual fue creado por innovadores mexicanos en colaboración con el Tecnológico de Monterrey (ITESM) y la Universidad Autónoma de Chapingo (UACH).

Este invento ha sido probado en más de mil hectáreas de tierra árida en los cuatro países, por lo que ya es una posibilidad plantar árboles frutales y maderas preciosas en desiertos extremos de Abu Dabhi, de Emiratos Árabes Unidos, en Egipto y en Chile, particularmente en el desierto de Atacama, y comenzó pruebas piloto en Sonora y Durango con siembras agrícolas de temporal.

Este invento mexicano ya tiene experiencias documentadas en zonas desérticas de Asia y África, donde lograron el crecimiento de miles de árboles en periodos de 18 meses, por lo que ya comenzaron a producir aceite de olivo.

Este biopolímero recibió en 2014 el Premio Nacional del Emprendedor en México y actualmente es apoyado por la Fundación México Estados Unidos para el Avance de la Ciencia (FUMEC). Además, ya cuenta con el permiso del gobierno de Estados Unidos, a través de la Administración de Alimentos y Agricultura (FDA por sus siglas en inglés), por ser un producto no tóxico al no daña ni a la tierra ni a la planta.

Y es que este polímero, único en México, se produce del desecho del biodiésel y encapsula el agua, lo que permite que los árboles puedan vivir en zonas áridas por varios meses sin necesidad de riego; se obtiene con ayuda de dos gases: el metano y el dióxido de carbono, los cuales se combinan con desechos de biodiésel.

Señalan que este polímero es comparable con lo que llaman lluvia sólida al ser similar al riego por goteo, pero en lugar de estar liberando el agua, se mete en bolsas, se pone debajo de la planta y mantiene el 90 por ciento del agua que se desperdiciaba con el sistema de goteo.

Sus creadores aseguran que este sistema ha funcionado de maravilla, pues a diferencia de otros productos similares que provienen del petróleo y usan sosa cáustica, este es orgánico al fabricarse de Dióxido de Carbono.

Aseguran que es prioritario dejar de ver a los gases de efecto invernadero como parte del problema y comenzar a verlos como parte de una solución y para eso se requiere inversión, apoyo y una mentalidad innovadora que adopte nuevas tecnologías.

Por ello, iniciaron la construcción del Parque de Investigación e Innovación de Biotecnologías 2R “PIIB2R” que combatirá gases de efecto invernadero y en el que se obtendrán maderas preciosas en una de las zonas más áridas de Durango.

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