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Transgénicos vs orgánicos

Lo más importante en la vida humana es mantenerse saludable durante el mayor tiempo posible. La frase “eres lo que comes” ha resultado cierta. ¿Qué pasó, entonces, con la salud y fortaleza de roble de generaciones anteriores? Todo lo que comían era na-tu-ral, libre de sustancias tóxicas o químicas, potencialmente dañinas a la salud.

Todo se producía de forma orgánica: seleccionaban y guardaban la mejor semilla para reutilizarla en la siembra del año entrante, rotaban los cultivos con la finalidad de devolver al suelo los nutrientes que éste entrega al sustentar cada planta permitiendo, además, extender año tras año las tierras de cultivo. Así México tenía autosuficiencia alimentaria pero…

Para tener un control total del suministro de alimentos a nivel mundial, transnacionales como Monsanto, producen semillas transgénicas que son granos estériles y obligan a los agricultores a comprar cada año la semilla, en lugar de guardar el mejor grano fértil de su cosecha para reutilizarlo en la siembra del año entrante. Además tienen patente internacional de cada variedad, así que si al terrateniente vecino le salen plantas transgénicas porque el viento transportó semillas a los cultivos orgánicos, lo demandan con todo su aparato jurídico. La semilla orgánica está en serio peligro.

Con sorpresa y suspicacia se recibió la noticia de que, en junio de 2016, científicos ganadores del premio Nobel hicieron pública una carta que habían enviado a los líderes de Greenpeace, Naciones Unidas y los Gobiernos de todo el mundo, para señalar que los transgénicos son tan seguros o más seguros que los cultivos tradicionales (orgánicos). Todo para hacer que Greenpeace desistiera de su campaña mundial contra cultivos y alimentos transgénicos.

Científicos investigadores éticos han demostrado que los alimentos procedentes de animales alimentados con transgénicos siguen sin ser etiquetados. El cloropasto de plantas o granos que comen animales está presente en leche, huevos y carne. No son de extrañar las “enfermedades raras y desconocidas” en humanos.

En Campeche Adrián Fernando Novelo Pérez, Juez II de Distrito, falló a favor de la multinacional Monsanto, en clara violación de los derechos humanos y los derechos de los pueblos indígenas. La balanza de la injusticia les arruina la vida, salud, trabajo, sustento a la gente maya de seis poblados: San Francisco Suc-Tuc, Xmaben, Cancabchén, Pakchén, Ich-Ek y Bolchén Rejón.

Monsanto, la multinacional billonaria, obtiene el fallo a su favor presentando tan sólo un recurso de inconformidad. El susodicho juez, además tuvo a bien reducir, de 34 a seis, las comunidades donde “se celebrará una consulta sobre siembra de soya transgénica”. ¿Así, o más simulación, entreguismo y corrupción que arruina al pueblo mexicano?

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