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Retoman los ideales y principios de transformación del campo trazados por el general Lázaro Cárdenas del Río

El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, afirmó que la Cuarta Transformación se nutre de los anhelos y reclamos de los campesinos y la población rural, que en su momento el general Lázaro Cárdenas del Río atendió, al reivindicar sus derechos con el reparto agrario de más de 20 millones de hectáreas a comuneros, ejidatarios y pueblos originarios.

Se trata de demandas e iniciativas sociales ante las que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido particularmente sensible a lo largo del movimiento social que ha encabezado, indicó el titular de Agricultura en el marco del conversatorio “El pensamiento cardenista y su influencia en el modelo agropecuario y de bienestar de la Cuarta Transformación”, como parte de la conmemoración del Gobierno de México con motivo del 50 Aniversario Luctuoso del ex mandatario.

A más de 80 años, señaló, esas demandas y necesidades en el campo siguen vigentes y el Gobierno actual las retoma bajo el principio de que somos un país con vocación agraria, por lo que una de las acciones prioritarias es el rescate del campo de la pobreza y el abandono, a través de un impulso a la productividad, competitividad, sustentabilidad e inclusión.

Aseguró que a ambos mandatarios les tocó cambiar los modelos de desarrollo del campo que había al llegar a la Presidencia: el general Cárdenas con la profundización de la reforma agraria como eje de su nueva política, y el presidente López Obrador dejando atrás las características concentradoras del modelo neoliberal, para adoptar uno orientado al bienestar de los campesinos.
El propósito central del reparto agrario cardenista fue la superación de la pobreza y lograr el bienestar de la población rural, en beneficio de más de un millón de campesinos al dotarles con prácticamente 20.5 millones de hectáreas y a cerca de 200 mil agricultores de comunidades indígenas, organizados en cerca de 11 mil nuevos ejidos, destacó.

Aunado a estas medidas, dijo, el régimen cardenista promovió la organización de los productores, la asistencia técnica y capacitación, la investigación y la educación agrícolas, y el crédito para que los campesinos pudieran acceder a la maquinaria, equipo agrícola e insumos productivos.

Con ello se propuso, además, impulsar la producción de los pequeños y medianos agricultores, ejidatarios y productores privados, para mejorar sus condiciones de empleo e ingreso y satisfacer sus propias necesidades alimenticias, abastecer el mercado interno y, en lo posible, las demandas de exportación, expresó.

Subrayó que formó un ejército de agrónomos, muchos de ellos de la Escuela Nacional de Agricultura (ENA Chapingo), para instruir a los ejidatarios, colonos y pequeños propietarios en el uso de maquinaria agrícola, fertilizantes y abonos, así como en el desarrollo de los sistemas productivos para obtener mejores y más cosechas.

Se crearon, abundó, instituciones como el Banco Nacional de Crédito Ejidal, y el Departamento Autónomo de Asuntos Indígenas, entre otros, y se modificó el Código Agrario y las leyes relativas a la distribución de la tierra, con lo que se sentaron las bases de un agrarismo productivo que debería ser el sustento del bienestar de la población campesina.

En los 80 años transcurridos desde la salida del general Cárdenas de la Presidencia hasta el presente, quedaron sin ser resueltas las graves carencias de los campesinos y se profundizó la desigualdad y la pobreza del campo, en tanto que el presupuesto público al campo, a pesar del monto importante que llegó a alcanzar, estaba mal orientado y mal distribuido y buena parte se destinaba a gastos superfluos, puntualizó.

Aseguró que en esta administración el logro de la autosuficiencia alimentaria y el bienestar de la población rural son objetivos centrales de la Cuarta Transformación en el ámbito agropecuario y pesquero, y así se plasmó en el Plan Nacional de Desarrollo 1920 -1924 y en el programa sectorial.

En un videomensaje, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano señaló que, más allá de las políticas desarrolladas para el campo, Lázaro Cárdenas fue un hombre del campo, con estrecho apego con los productores; fue impulsor, dijo, de la reforma agraria y mantuvo siempre el compromiso de elevar las condiciones de vida de las familias campesinas.

Mencionó que las políticas para el campo, impulsadas por el general Cárdenas, tuvieron como eje la participación del Estado en la organización de los productores, el acompañamiento de la ciencia y tecnología, la habilitación de esquemas de crédito y la vinculación con la agroindustria y los mercados.

El presidente de la Comisión de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural del Senado de la República, José Narro Céspedes, reconoció el trabajo del ex presidente Cárdenas, quien actuó en dos campos: lograr la autosuficiencia alimentaria y la recuperación de Pemex, que tiene que ver con dos temas para el actual gobierno.

Puntualizó que, con la entrega de las mejores tierras productivas del país a los campesinos, y la puesta en marcha de un plan de riego, empezó a activarse un sector productivo que le inyectó desarrollo a la economía nacional; sostuvo que hoy vamos caminando en el terreno de la autosuficiencia alimentaria, con el manejo de programas como Precios de Garantía y Producción para el Bienestar.

“Vamos por la soberanía en maíz, arroz, trigo, frijol y leche y que los pequeños productores vuelvan a ser actores principales en el desarrollo del sector y del país y, para ello, necesitamos que los ejidatarios sean sujetos de derecho y de acceso a créditos, construir las cadenas de valor, comercios justos y pasar al segundo piso en el impulso de los productores de pequeña escala”, aseveró.

El diputado local del Estado de México y secretario general de la Central Campesina Cardenista, Max Agustín Correa Hernández, indicó que la Cuarta Trasformación está impregnada del cardenismo histórico y tiene cierta similitud con el contexto histórico que se vivió en ese momento.

Ante un inicio complicado, el ex mandatario actuó “estableciendo alianzas, primero con los maestros y reivindicando sus derechos sindicales y laborales como agentes de cambio en las comunidades rurales, luego como extensionistas y líderes agrarios, donde todos los actos del general Cárdenas estuvieron apegados a la legalidad constitucional y la organización social del pueblo: campesinos y obreros, encontrando un paralelismo entre sus iniciativas con los principios del gobierno actual”, acotó.

El director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), Felipe Ávila Espinosa, apuntó que Lázaro Cárdenas del Río fue un mexicano ejemplar, un hombre especial en la historia de México que empata con un gobierno que sabe de historia y que protagoniza un trabajo que recuerda a un personaje central del cambio en el país, con un gobierno que hizo realidad los anhelos y objetivos de la Revolución Mexicana.

Durante su mandato, mencionó, esa demanda de los campesinos y de las comunidades agrarias y de los pueblos originarios de alcanzar el derecho a la tierra, mediante la entrega de 20 millones de hectáreas, en beneficio de más de un millón de propietarios de la tierra, le dio un nuevo rostro al campo mexicano.

El director en jefe del Registro Agrario Nacional, Plutarco García Jiménez, indicó que, por sus acciones y obras, el general Lázaro Cárdenas del Río es reconocido como uno de los líderes latinoamericano más queridos y quien en los años 60 del siglo pasado fue un activo defensor de las causas justas de la época,

Aseguró que su enfoque integral con el reparto agrario fortaleció el ejido, impulsó el financiamiento y el desarrollo productivo en zonas rurales del país, temas en los que la administración actual sigue sus pasos, a través de una transformación pacífica y firme a favor de los mexicanos que requieren atención para vincularse en el desarrollo.

La directora del Archivo General Agrario (AGA), Regina Tapia Chávez, recordó que el reparto agrario y reconocimiento a la propiedad privada impulsada por el general Lázaro Cárdenas trajo como consecuencia que núcleos agrarios, municipios, plazas y calles llevan su nombre.

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