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Clorofila, el equivalente de la sangre en las plantas

Lo que le da el color a las plantas y algas es la clorofila, compuesto químico fundamental que está presente en grandes cantidades en las plantas, sobre todo las de color verde; esta biomolécula no sólo es la responsable del color verde que tienen la mayoría de los integrantes de los vegetales, también es imprescindible, al igual que la luz, en el proceso de fotosíntesis, proceso por el cual las plantas se nutren.

La clorofila es en las plantas lo que la sangre para el ser humano porque poseen una estructura molecular similar; las moléculas responsables del color rojo de la sangre encargadas de transportar el oxígeno conocidas como hemoglobinas tienen una estructura muy parecida a la de la clorofila, excepto por su átomo central; que en la hemoglobina está compuesta por hierro y en la clorofila por magnesio, razón por la cual la denominan como “la sangre de las plantas”.

El consumo de clorofila en los seres humanos tiene múltiples beneficios para la salud porque cuenta con una gran cantidad de propiedades que favorecen al buen funcionamiento de los órganos; entre sus beneficios están:

Oxigenar y desintoxicar el organismo

La clorofila ayuda a oxigenar la sangre y aumentar su producción, si las células están mejor oxigenadas por consecuencia los órganos y sobre todo el corazón se beneficiarán; pues la abundancia de oxígeno favorece la desintoxicación del organismo, además está demostrado que consumir clorofila ayuda a prevenir efectos nocivos de la exposición a la radiación. Además, tiene la capacidad de unirse con los metales pesados de las células para eliminarlos del organismo.

Fortalecer el sistema inmunitario

La clorofila aumenta el oxígeno, esto ayuda a frenar la propagación de virus y baterías causantes de diferentes infecciones y enfermedades; también es un potente alcalinizador de la sangre, que previene enfermedades crónicas.

Mejora el funcionamiento digestivo

Consumir clorofila favorece la salud del sistema digestivo, proteger el colón, el hígado, el estómago y la vesícula. También ayuda a descomponer los cálculos de oxalato cálcico que el organismo crea con la finalidad de eliminar el exceso de ácido.

Es anticancerígena

La clorofila es rica en antioxidantes y un efectivo antiinflamatorio, con altos contenidos de vitaminas A, C y E; estudios han demostrado que estas propiedades previenen diferentes tipos de cánceres al eliminar toxinas del cuerpo.

Pero además, equilibra los niveles de glucosa en sangre, favorece al corazón, fortalece el músculo cardíaco, mejora la circulación, baja la presión arterial, en general contribuye a reducir riesgos cardiovasculares. Es rica en carotenoides, que activan las enzimas imprescindibles para una adecuada asimilación de nutrientes; evita flatulencias, mal aliento y pesadez estomacal, ayuda a cicatrizar úlceras.

También elimina hongos, bacterias y virus dañinos, estimula la producción estrogénica, contribuye a mejorar la absorción del calcio en huesos y dientes, favorece el rendimiento muscular y nervioso, aumenta el rendimiento deportivo, refuerza la memoria, elimina la caspa frotando en el cuero cabelludo y enjuagando después, es un excelente enjuague bucal; ayuda en el mejoramiento de la hepatitis.

La forma más natural para consumirla es a través de los vegetales verdes, los más verdes son mejores porque tienen mayor cantidad de clorofila, los más recomendados son: espinaca, lechuga, acelga, berro, col rizada, rúcula, perejil, cilantro, espárragos, pimientos, apio, vegetales marinos, entre otros. Se puede comprar también en la farmacia o tiendas naturistas y consumirla como suplemento.

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