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Cómo Cuidar la Cadena de frío en tu negocio ?

Existen productos que necesitan estar a una temperatura específica para su correcto cuidado, incluso algunos bajo 0°C. Para cuidar correctamente la cadena de frío de tus productos, desde su manufactura (producción), hasta su preservación en el punto de venta final.

De no cuidar la temperatura de tus productos como se debe, estos pueden variar en sabor, olor o pueden malograrse. Al ser elementos para consumo humano, podrían afectar seriamente la salud de tus clientes y acarrear problemas legales. Por eso es fundamental llevar un adecuado control de la cadena.

1.- Conoce tu producto. Cada elemento del mercado es único, por lo que su cuidado también es bastante particular. Los congelados están en ambientes por debajo de los -18°C y los refrigerados en los de 0°C hasta 15°C como máximo. Existe la regla general que aquellos productos congelados que presentan en su composición una mayor presencia de grasas, deben de ser almacenados a la menor temperatura posible. Mientras que en el caso de los refrigerados, son los que tienen mayor presencia de agua en su constitución los que corren más riesgo.

2.- Tratamiento. Es importante conocer las condiciones de tratamiento del producto en cada una de las etapas de la cadena, también sus limitantes (incompatibilidad con otros productos y condiciones) y la variación de sus características en función del tiempo, lo cual será primordial para no perjudicar la vida útil del mismo. El tiempo de vida útil de un producto congelado dependerá de su composición, método de congelamiento utilizado, tipo de empaque (al vacío, con atmósfera modificada) y destinación de mercadería (consumo directo, insumo para procesos industriales). Incluso hay elementos que después de producidos pueden estar 6 meses a 1 año con aptitud de consumo, que podrían verse perjudicados si no hay una adecuado manejo de la cadena de frío.

3.- ¿Es procesado o no procesado? Los productos procesados-empacados y no procesados a granel (o sin empaquetar) tienen cuidados especiales también. Estos últimos necesitan un tratamiento especial debido a su corta vida útil y a lo sensibles que son ante los cambios bruscos del ambiente. Un ejemplo son las frutas y verduras frescas, que a pesar de mantener la temperatura adecuada, pueden verse afectadas por la humedad y hasta por la velocidad del aire.

4.- Infraestructura y tecnología. Cada paso en tu cadena de producción necesitará infraestructura especializada en frío para poder mantener tus productos. Equipos de congelamiento y las salas de temperatura controlada son solo algunos ejemplos. Además, existen softwares en el mercado para el monitoreo del ambiente, con lo que si tu producto se encuentra en peligro se emitirá una alerta inmediatamente.

5.- Verifica a tus proveedores. Si son productos alimenticios y trabajas con proveedores informales, corres un enorme riesgo de que estos no cuenten con habilitaciones y certificaciones que exige la ley. Por ende, este podría tener falencias no solo de funcionamiento, sino de riesgo sanitario y control de personal, pudiendo crear condiciones que afecten al producto como la contaminación o pérdida de aptitud para consumo humano. Al final el afectado será el consumidor final, que probablemente te denuncie.

Fuente:Cold Chain Business

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