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La industria láctea china vuelve a ganar confianza pública

Shang Qingfang, que se autodefine como gastrónoma, siempre tiene ganas de probar todo tipo de comidas del mundo, pero en lo referente a productos lácteos, prefiere las marcas nacionales a las importadas.

«La leche de producción nacional es siempre más fresca que la importada, lo cual es lo más importante para mí a la hora de elegir un producto lácteo», apunta Shang, que vive en la ciudad de Wuhu en la provincia central china de Hunan.

Al igual que Shang, un creciente número de consumidores chinos están comprando productos lácteos nacionales sin preocuparse por su calidad, lo que muestra la recuperación de la industria láctea del escándalo de seguridad que sufrió hace una década.

En 2008 se encontró que la fórmula infantil producida por el grupo Sanlu, una de las principales firmas lácteas del país asiático, contenía melamina, un componente que provocó la muerte de seis bebés y dejó a miles gravemente enfermos.

Desde entonces se han descubierto más casos, los cuales arrojaron a la industria a una crisis de años y llevó a los consumidores chinos a elegir los productos lácteos extranjeros.

Para revitalizar la golpeada industria, las autoridades chinas aprobaron leyes estrictas, reforzaron la supervisión, cerraron las operaciones lácteas no calificadas, impulsaron la consolidación industrial y aumentaron el apoyo de políticas para mejorar la calidad de la leche.

Gracias a estas medidas la calidad ha mejorado enormemente y la industria se ha expandido.

Un informe copublicado por la Asociación Láctea de China y el Ministerio de Agricultura señala que la calidad de los productos lácteos domésticos siguieron mejorando en 2017. Un 99,8 por ciento de la leche fresca y un 99,5 por ciento de los productos lácteos pasó el examen.

Xinjuan, una joven madre de la ciudad norteña china de Hohhot, ha estado alimentando a su hijo con fórmula infantil producida en China durante casi tres años, y su hijo está creciendo de forma saludable.

La joven intentó alimentarle con fórmulas infantiles foráneas, pero, como al bebé no le gustaba el sabor, se vio obligada a reemplazarlas con otras de marcas nacionales.

«La calidad de los productos lácteos nacionales ahora está garantizada. Son más frescos y baratos que los importados», comenta Xiujuan.

En el exterior, los productos lácteos chinos incluso están convenciendo a los consumidores extranjeros, ya que están tomando medidas para adaptarse a las normativas internacionales de calidad en su búsqueda de colaboración internacional.

En una lista de 2017 publicada por el grupo holandés de bancas y finanzas Rabobank, los gigantes lácteos chinos, Yili Group y Mengniu Diary estaban entre las diez mayores empresas lácteas, y se espera que exploren aún más los mercados exteriores para un futuro crecimiento.

Ambas empresas han disfrutado de una presencia global más fuerte junto con un crecimiento estable en el mercado fuera de China, con el establecimiento de plantas en los principales países productores de leche como Australia y Nueva Zelanda.

En el primer semestre de 2017 Mengniu Diary informó que sus ventas en el extranjero han subido más de un 40 por ciento interanual, en comparación con el aumento del 8,1 por ciento de las ventas generales. La empresa ahora ocupa la segunda posición en el mercado lácteo de Hong Kong, y la tercera en Singapur.

El dominio de un mercado en rápida expansión es solo parte de la creciente reputación global de los productores lácteos chinos. Las firmas nacionales como Modern Farming y Feihe Dairy Industry han ganado medallas de oro en la prestigiosa Selección del Mundo (Monde Selection), organización con sede en Bruselas que evalúa la calidad de los alimentos.

Los reguladores chinos, con el objetivo de garantizar la calidad del producto, han fijado en la actualidad más de 200 normativas industriales para los productos lácteos, y están buscando una mayor coherencia entre las normativas internas y las internacionales, según un informe de la Asociación Láctea de China.

En unas comprobaciones oficiales realizadas al azar, algunos indicadores principales, como el contenido nutricional, ya superaron los estándares de EE.UU., Europa y Australia, según el informe de esa entidad.

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