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Comercio ilegal de plaguicidas amenaza la sustentabilidad agrícola

Los agricultores en México requieren tener acceso a nuevas tecnologías que les permitan producir alimentos de manera segura y sustentable mediante un adecuado control de plagas, ya que se estima que sin el uso de productos para la protección de cultivos se perdería más del 40 por ciento de la producción debido a las plagas, malezas y enfermedades que afectan a los cultivos.

Para atender esta demanda, cada año la Industria de la Ciencia de los cultivos desarrolla nuevos productos para la protección de cultivos, los cuales son el resultado de un milimétrico trabajo en laboratorio y en campo, en el que participan científicos de distintas disciplinas. Es un proceso que dura en promedio nueve años de trabajo, y requiere una inversión aproximada de $3 mil millones de dólares.

El proceso de regulación de plaguicidas es una labor ardua e intensa, así lo afirma Gloria Meléndez, Directora de Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnología ‘‘PROCCYT’’, Asociación que agremia al 75% de las empresas de la Ciencia de los Cultivos en México: ‘‘La Industria de Protección de cultivos es la más regulada del mundo, después de la farmacéutica. Para que un nuevo producto de protección de cultivos llegue al mercado, se somete a más de 120 estudios y evaluaciones que garanticen su eficacia agronómica, seguridad toxicológica y seguridad ambiental, para los cuales se invierte un aproximado de 286 millones de dólares’’.

Estos estudios son evaluados en conjunto por las tres instancias de gobierno encargadas de emitir los registros sanitarios para su comercialización: (de acuerdo a su ámbito de competencia) la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) evalúa los estudios de efectividad de productos en el campo; la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), los correspondientes a protección al medio ambiente, y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) los correspondientes a la protección a la salud humana.

Sin embargo, un desafío para la Industria de la Ciencia de los Cultivos y las autoridades que hoy exige una mayor atención a nivel mundial es el comercio ilegal de plaguicidas, ya que, además de infringir derechos de propiedad intelectual, representa una amenaza para la salud humana, el medio ambiente, los cultivos y pone en riesgo las exportaciones agroalimentarias, por lo que al adquirir un producto de protección de cultivos es importante verificar, principalmente, que cuente con un registro sanitario, y sospechar de precios muy por debajo del valor normal.

En 2016, la Agencia de las Naciones Unidas contra el Crimen Interregional, UNICRI, estimó que por lo menos el 15 por ciento del comercio global de plaguicidas, corresponde a productos ilegales, los cuales son productos falsificados, adulterados, robados y/o sin registro sanitario, los cuales se comercializan a un precio y condiciones comerciales que no están dentro de las prácticas autorizadas, y que representan una amenaza para la salud humana, el medio ambiente y los cultivos. Esto representa 8 billones de dólares, tomando en cuenta que el mercado global de plaguicidas es de 55 billones de dólares. En América Latina afecta principalmente a Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina.

Los plaguicidas adulterados se apartan de las normas de calidad, potencia o pureza, ya que son fabricados con sustancias que disminuyen su calidad y eficiencia. Entre los principales riesgos a los que se enfrenta el agricultor al utilizar estos productos están el poner en riesgo la salud humana y el medio ambiente, así como perder su reputación y sus certificados de exportación, lo que amenaza las remesas por exportaciones agroalimentarias.

Las 25 asociaciones que representan a la Industria de la Ciencia de los Cultivos en dieciocho países de Latinoamérica han implementado la campaña ‘’Diga NO a los plaguicidas ilegales’’, la cual orienta a los agricultores sobre cómo identificar un producto falsificado, adulterado, ilegal o robado, y promueve acciones para evitar que esta problemática siga en aumento.

Al adquirir un producto de protección de cultivos es importante:

  1. Verificar que el producto venga en su envase original, y cuente con tapa y sello de garantía.
  2. Verificar que cuente con registro sanitario COFEPRIS (RSCO), fecha de elaboración y fecha de caducidad.
  3. Verificar que la etiqueta esté adherida en forma permanente al envase y cuente con instrucciones completas en español.
  4. Sospechar de productos con precios muy por debajo del valor normal.
  5. Comprar solo a distribuidores autorizados, y exigir factura con el detalle correcto de la compra.
  6. Perforar el envase del producto para evitar que sea reutilizado.

En México, este delito se sanciona hasta con 20 años de prisión. Cualquier ilícito puede ser denunciado al Centro de Denuncia y Atención Ciudadana de la PGR (CEDAC), al teléfono 01 800 00 85 400.

 

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