La quínoa es un cultivo de alto valor nutritivo que contiene más proteínas que la mayoría de los demás alimentos vegetales, se le reconocen no sólo sus propiedades nutritivas y dietéticas, sino también su diversidad genética y capacidad de adaptación a diferentes condiciones agro-ambientales, así como los beneficios culturales y socioeconómicos que tiene sobre el medio ambiente, reconoce la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Asegura que la quínoa se ha convertido en un recurso alimentario natural de alto valor nutritivo cuya importancia es cada vez más reconocida en la seguridad alimentaria, para las generaciones presentes y futuras.
Por eso, ante el reto de incrementar la producción de alimentos de calidad para alimentar a la población mundial en el contexto del cambio climático, la quinua es una alternativa para aquellos países que sufren de inseguridad alimentaria. Asimismo, tiene el potencial de reducir la dependencia de otros alimentos básicos como el trigo y el arroz.
La quínoa, originaria de la Cordillera de los Andes, ha extendido su producción a más de 70 países, entre ellos Francia, Inglaterra, Suecia, Dinamarca, Holanda e Italia; también se está desarrollando con éxito en Kenia, India y Estados Unidos. Aunque los pueblos indígenas andinos han mantenido, controlado, protegido y preservado este cultivo alimentario utilizando sus conocimientos y prácticas tradicionales.
El llamado «regalo ancestral» se cultiva desde hace siete mil años en estas tierras altas andinas desde Colombia hasta Argentina, por lo que la FAO como un medio para contribuir a la seguridad alimentaria se ha encargado de fomentar su producción como parte de una estrategia para fomentar la producción de cultivos tradicionales u olvidados.
Y es que la quínoa posee muchas propiedades que la convierten en un súper alimento que puede consumirse entero, como harina, en hojuelas o en sémola, que se prepara de muchas maneras. Tiene alto contenido en proteínas (entre un 13 y un 23% de la dieta diaria).
Además, aporta calorías, aminoácidos, hierro, magnesio, antioxidantes, fibra y no contiene gluten, lo que lo hace apto para los alérgicos y celíacos. Tiene vitaminas del complejo B, C, E y otros minerales como fósforo, potasio y calcio, no contiene colesterol ni grasas saturadas.
Por su alto contenido en fibra puede prevenir el cáncer de colon, del aparato digestivo y el estreñimiento. Además, la quínoa negra tiene propiedades medicinales ancestrales para tratar afecciones digestivas. También es usada en el tratamiento de heridas, abscesos, diabetes, osteoporosis y migrañas.
Afirma la FAO que el 2013 fue declarado como el «Año Internacional de la Quínoa», debido a su importante papel en la erradicación del hambre, la desnutrición y la pobreza.